Antes de ser la estrella más
resplandeciente de todas, era una simple ilusión que nació entre una torrente
oscuridad.
Entre el conflicto y la discordia
es imposible encontrar alivio, no obstante, en medio de la lóbrega noche
empezaba a evocar el sentimiento de libertad, aventurándome en las inseguras
calles en búsqueda de esperanzas que terminaba extrayendo del escenario más
artístico que ofrecía el cielo, fascinado por los cuerpos celestes que
centellaban a millones de distancia.
La oportunidad precisa para abordar una epifanía, una revelación para el ser menos adecuado como yo, el cual pienso que es una simple casualidad. Con la vista perdida en el cielo, una confusión disfrazada de ilusión empezaba a abordarme, del porqué la llegada de estas estrellas empezaban a iluminar mis profundos deseos, desde la lejanía las observaba sonreírme como si comprendieran mis pensamientos.
¿Que se
sentirá ser libre?
Libre como las
estrellas.
Estrellas
hechas para brillar.
Brillar
fuertemente en la oscuridad.
Oscuridad como
en la que me encuentro…
El momento se convirtió en una
rutina que alimentaba mi deseo por resplandecer y mis ojos se acostumbraron a
ser testigos de las constelaciones de la noche, arriesgando mi seguridad en un
camino de terror, el cual incrementaba amenazando con todo índice de vida que
retara la realidad y me obligaba a exponerme al fuego cruzado, pero la
recompensa siempre calmaba cualquier sacrificio, porque mayor es la sentimiento
que fluctúa entre tantos acontecimiento
Hipnotizado por un suceso que
cambiaría el rumbo de mi vida, mis ojos empañados anhelando por más, cansados
por la misma situación de convivencia con un alma inconforme de su posición,
sufriendo de día y soñando de noche, con una ilusión que coaccionaba en
volverse autodestructiva.
Sin embargo, el golpe de realidad
fue mas abrupto dando paso al dolor más frío y crudo que mi cuerpo ha sentido,
un hecho insólito donde el exterior te somete castigándote por ser desafiado.
La visión del cielo empezaba a trastornarse hasta obstruir la razón de mis
esperanzas, mi aflicción empezó a disminuir hasta perder mis fuerzas y la
conciencia de mi mismo se hacía cada vez más presente, agonizando intentando
respiran sin éxito alguno hasta exhalar mi último aliento de existencia para
bifurcar por las raíces de mi subconsciente e irme desvaneciendo lentamente, y
ser abrazado por lo que menos esperaba.
Solo un valientes es capaz de
enfrentar las situaciones de su realidad dando hasta el último fragmente de su
esencia de sí mismo para iniciar un nuevo vivir donde su alma y espíritu
durarán para siempre. Ese momento en que cierras los ojos y la incertidumbre te
atrapa confía que habrá un mejor realidad, solo los destinados podrán llegar.
El momento inesperado es el
esperado para despertar, abrir lo que en algún momento fue cerrado y sentir que
se ha logrado, las sonrisas son reemplazadas por aplausos y la cercanía
sustituye la lejanía, comprendiendo que el apagarse el exterior era el camino
para encenderse el interior.
Mientras más fallezco, más me he
ido.
Cuando no esté en esta realidad
porque no me verás, me encontrarás en lo que tanto amé, las estrellas que tanto
aprecié. Y cuando me veas lo notarás.
Ahora… soy la estrella más
brillante de todas.
El nacimiento de una
estrella es el suceso más inusual de rodos, pero cuando sucede es porque estaba
destinado a serlo.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!