VII Concurso del cuento corto, ESTIMADA ANGELA

 


Te saludo. Era pequeña cuando empecé a escribirte. Dejé de lado el diario y me dediqué a las epístolas. Ángela del futuro, te llamaba. Esta es una más de ese montón de cartas que te he dedicado a lo largo de los años, pero hoy, sin razón aparente, me pregunto si quien creo que eres va a leerlas alguna vez. Me pregunto si eres real, si la anterior Ángela lo será o si yo alguna vez lo fui.

Al revisar las cartas escritas hace tiempo sentía compasión de esa nena dolida y odiosa. Pero ¿acaso ésa no era yo? Era yo, es Ángela del pasado, pero desde el hoy es otra aparte de mí. No puedo comunicarme con ella: está muerta, sólo había quedado ese testimonio, el recuerdo que incluso podía ser falso por el sesgo adolescente de la vida. Y hace unos días decidí poner fin a todo su rastro. Ya no quedan diarios ni cartas que no haya devorado el frenesí suicida que acabó con todo mi arte.

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En las noches algo debajo de mi cama quiere asesinarme, Ángela. Puedo sentir el frío de su acero recorrer mi espalda. Oigo gritos en mis oídos, risas de una mujer, se burla de mí. Quiero golpear la ventana y pedir ayuda, pero cuando la alcanzo no puedo tocarla, mi mano la atraviesa, y aunque me esfuerce la voz no me sale. Siento como la cama me agarra, no me deja huir. Es lo mismo que acabó con la vida de la otra. O lo mismo que la hizo morir. Ella desapareció, y yo también lo haré, nada de mí quedará en este lugar. Sólo tú y lo que quieras creer de nosotras. ¿Te ocultas bajo mi cama para liquidarme? Sé que lo haces, pues nosotras nos vamos y tú eres la única que sobrevive. Sé que la mataste y que en este instante me matas. Ya me siento desapar

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Leo el primer párrafo de este texto y no sé quién lo escribió. Ya no podré recuperarla porque tú vienes a robar nuestras vidas y dirigirlas hacia donde quieras. Pero no me preocupa caer en la nada, pues sé que también lo harás. Habrá otra Ángela, igual de irreal que todas nosotras, que silenciosamente y sin dejarse notar se situará en un lugar peor que nuestra propia memoria, y nos mandará lejos, más lejos que el olvido en el que estoy cayendo. Se colará en la memoria de los demás, y hará de nosotras algo que nunca hemos sido, ni seremos, ni intentaremos ser. Hará de nosotras lo que ellos quieren que seamos.


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