VII Concurso del cuento corto, MI MONEDITA



 


Yo tengo una pequeña moneda, una muy pequeñita. La cual en la mayoría de los casos siempre está de cara y eso es bueno, pues esa cara es la que muestra el valor a la gente. Pero a veces mi monedita se cae y muestra su cruz, revelando el otro pequeño 50% de ella. Es completamente igual pero a la vez diferente. Es difícil comprenderla y a veces reprimirla. No soy su mayor fan y tampoco me gusta ver cómo expone su cruz cuando se derrumba. No puedo deshacerme de ella porque es mi monedita, pero ¿me gustaría? Mentiría si dijera que sí, pero realmente es lo que me hace apreciar más la Cara que su Cruz.


Tienen el mismo diseño y marcas, con la diferencia de que mi Cara es conformista y a veces sutil, y mi Cruz es extremista, muy irritable y bastante molesta. A veces incluso me planteo cuestionarle cosas de la vida cotidiana, pero cuando lo hago, mi Cruz ya es consciente de que igual voy a preguntárselo y me dirá lo de siempre. Es como el típico mosquito con complejo de sombra, me sigue a todos lados y zumba en mi oído cada vez que ve a alguien pasar, haciendo comentarios que yo no autorizaría y ella lo sabe bien, pero los hace de todas formas, intentando tentarme a pensar como ella. Pensamientos extraños y raros abundan en Cruz, pero por suerte aún tiene su valor, su Cara.


Sin mi pequeña monedita, sería incrédulo y torpe. Debo admitir que ella no está en este momento, pues me tomé la libertad creativa de gastarla y escribir esta autoevaluación. De esta forma, de manera sutil, te cuento una de mis pequeñas psicosis.


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