VII Concurso del cuento corto, EL RUGIDO DE LA GUERRA EL MIEDO SIN LA PAZ

 


Hace muchos años ya, en un pueblo rodeado de montañas, de naturaleza, donde cada día, cada amanecer es un despertar en medio del roció de la mañana, el brillo el sol acaricia el  rostro de sus habitantes, las estrellas con la luna cubren sus sueños y deseos, donde en los  atardeceres las personas pueden ver las nubes caminar por sus calles coloridas, y poco a poco  verlas elevarse hacia el cielo, y puedes admirar este grandioso evento todos los días. Es el  gran espectáculo que ofrece la naturaleza a quienes viven en esta tierra y a todos aquellos  que visitan este pueblito en medio de las montañas.

Pero en medio de toda esta maravilla se ha creado un ser despreciable, enorme, con garras  afiladas, cuyo rostro es imposible de ver sin que cause escalofrío y temor, este ser se alimenta de la inconformidad que siente al ver gente desprotegida en el mundo, pero la gran ironía es  que el también ataca seres humanos indefensos, la injusticia ha creado un monstruo que  embiste inocentes, que acecha, que daña, que destruye, donde la felicidad no puede ser  completa, pues hay un mal escondido en medio de ella, y cuando se vuelve visible, hace que  los ríos cristalinos que en ella se encuentran se tiñan de sangre, de dolor, de incertidumbre. 

Cada semana aquel monstruo asechaba al pueblo, todos sus habitantes corrían a esconderse,  pues este encuentro ocasionaba desastres, y el temor se apoderaba de sus habitantes, ya que  muchos habían perdido seres amados en su encuentro con él. Un día fue diferente, salió al  pueblo y causó el desastre más grande que hasta entonces había hecho, algunas casas caían a  pedazos, personas en las calles lloraban al perder a sus familiares, los guardianes del orden  eran asesinados, y el pueblo donde la naturaleza es la gran atracción, y las nubes caminan por  las calles, se teñían de rojo, dejando en sus habitantes ira, dolor, impotencia, pues el monstruo es más grande que sus fuerzas. Aquel día el monstruo desapareció, sin dejar rastro, dejando  atrás aquel pueblo destruido, destrozado. 

Pasaron muchos muchos años, donde las personas de aquel lugar, dejaron de temer,  exploraron sus tierras, y buscaron grandes fuentes de trabajos, las familias comenzaron a  construir grandes casas, porque ya no había quien las destruya, se acabó la zozobra y todos  podían andar en la calle sin miedo a nada, la alegría se apoderó de este pequeño pueblo,  donde unos a otros todos se apoyaban.

Pero … esta alegría fue efímera, cuando todo parecía estar bien, y las personas se sentían  realizadas, los jóvenes perseguían sus sueños, y forjaban sus estudios para hacer de ese  pequeño pueblo algo mejor, un día, mientras las nubes hacían su recorrido por las calles, los  niños aprovechando la llegada del mes de agosto con sus vientos hacían volar sus cometas,  un poder oscuro volvió a apoderarse de esta tierra, era aquel monstruo que retornaba con más  fuerza, con más ánimo de destruir, de dañar, de matar los sueños de todos, de expropiar más  vidas, y de volver a teñir de sangre las pacíficas calles donde las nubes caminan con libertad.

Aquel monstruo regresó para arrancar la paz que aquí reinaba, a llenar de miedo a todos los  habitantes de este lugar, grandes estruendos volvieron a sonar, y no era el sonido del trueno  anunciando la lluvia, sino el sonido del mal queriendo demostrar su poder, volviendo a surgir

un pueblo tenebroso, con miedo de existir, sin saber qué hacer, retornando a la época de crear refugios dentro de sus viviendas para que la muerte no los alcance.

Y ahora ¿Qué harán los habitantes de este pueblo? ¿Cómo poder estar tranquilos si un  monstruo los vigila? ¿Cómo vivir en un lugar donde los ríos ya no tienen agua cristalina, sino  sangre de los mártires de su pueblo?

Hasta hace unos meses, esta historia tenía un final feliz, pero hoy, hoy el monstruo ha vuelto, y nadie se atreve a hablar con él, así que nadie sabe cuándo se irá. 


Comentarios

  1. Letras cargadas de sueños. Felicidades.

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  2. La realidad de algunos lugares de nuestra tierra Colombia. Felicitaciones.

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    1. Guerra absurda que resurge, dejando tristeza y desolación, dónde los campos ya no son fructíferos, si no sitios de miedo con cada paso que se da.

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  3. Que buen escrito, lastima la guerra que azota nuestro bello municipio, pero es más bello mirar el atardecer desde la cumbre y sentir la libertad, el viento en el rostro, ese que día día le da alegría, animo todo puede cambiar...

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