UNIVALLE CIRCUS Tayler dejó el pocillo de café en su escritorio. El aroma de su taza inundó el ambiente de su oficina. Abrió el correo por el cual tanto jolgorio le hicieron sus compañeros. En la pantalla aparecía: “Queremos felicitarte Tayler Guerrero por 75 años de servicio a la Universidad del Valle.” Miró aquellas palabras con una mezcla de nostalgia, pensando en que el tiempo no perdona nada, que la vida es una baraja de naipes y que su baraja, con el pasar de los años, estaba perdiendo cartas importantes. No se sentía un hombre valeroso por ocupar aquel cargo por tantísimos años; más bien, la sensación que de su interior emergió fue de cobardía. Cobardía al no perseguir aquel sueño de recorrer el país en su bicicleta por considerar aquella proeza con muchos riesgos e incertidumbre. Prefirió la seguridad que le proporcionaba la silla de oficina reclinable, el computador, las tazas de café y los generosos beneficios que recibía por la labor. Por la puerta de la oficina entró u...