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Mostrando entradas de 2024

VIII concurso del cuento corto, UNIVALLE CIRCUS

 UNIVALLE CIRCUS Tayler dejó el pocillo de café en su escritorio. El aroma de su taza inundó el ambiente de su oficina. Abrió el correo por el cual tanto jolgorio le hicieron sus compañeros. En la pantalla aparecía: “Queremos felicitarte Tayler Guerrero por 75 años de servicio a la Universidad del Valle.” Miró aquellas palabras con una mezcla de nostalgia, pensando en que el tiempo no perdona nada, que la vida es una baraja de naipes y que su baraja, con el pasar de los años, estaba perdiendo cartas importantes. No se sentía un hombre valeroso por ocupar aquel cargo por tantísimos años; más bien, la sensación que de su interior emergió fue de cobardía. Cobardía al no perseguir aquel sueño de recorrer el país en su bicicleta por considerar aquella proeza con muchos riesgos e incertidumbre. Prefirió la seguridad que le proporcionaba la silla de oficina reclinable, el computador, las tazas de café y los generosos beneficios que recibía por la labor. Por la puerta de la oficina entró u...

VIII concurso del cuento corto, MÁS DIABLO CONOCIDO QUE DIABLO POR CONOCER

MÁS DIABLO CONOCIDO QUE DIABLO POR CONOCER Entonces saludé al diablo: «buenas noches —le dije sin mirar—. ¿Qué te trae por aquí?». Él no respondió, como siempre, arrastrando ese olor amargo, como cuando uno quema un caucho, y con los cachos rozando la pintura del techo. Hizo un ademán con la mano, sacudió la patas e hizo un cascareo en el piso, como cuando alguien baila carranga. En un frenesí de entusiasmo, me gritó: «Hoy por fin me firmaron el retiro». Finalmente tenía mi atención. Me sacudió esa sensación del miedo: las patas me temblaron, el guargüero me hizo ebullición, sentí la lengua más allá del paladar, fue como si se me desplumaran las nalgas. Después de más de una vida —muchos dicen que incluso más—, San Pedro le había permitido retirarse. «¿Y ahora?» lo cuestioné. Señor diablo, —Belial, Satán, Lucifer, Azrael o Chango— nunca supe cómo debía llamarlo. Lo único que sé es que solo sabe llevar la contraria. «No sé —respondió riendo— ir al carnaval en Rio, bailar en Juanchito, i...

VIII concurso del cuento corto, EN OTRO PLANETA

 EN OTRO PLANETA Mi nombre es Jackie. Tengo 12 años de edad. Desde muy pequeño, siempre me han apasionado las naves, los cohetes, los planetas y todo lo que se relacione con el espacio exterior. Mi gran sueño es poder conocerlo, pero por mi corta edad, cumplirlo es casi imposible. Un día, en mi escuela, se presentó un grupo espacial muy importante que reconocí de inmediato. Supe quiénes eran, ya que he estudiado mucho sobre los temas más allá de la Tierra. Adivinen a qué vinieron: a darle una oportunidad a un niño de toda mi escuela para llevarlo con ellos en una investigación en otro planeta. Al escuchar esto, no lo podía creer; tenía la posibilidad de hacer cumplir mi sueño. Eso que tanto había anhelado estaba tan cerca de conseguirlo. Para ellos, elegir quién los iba a acompañar en una misión a Marte era importante. Tenían que escoger al que estuviera mejor preparado y el que completara unas pruebas. Me esforcé durante meses, estudiando día y noche para sacar las mejores calific...

VIII concurso del cuento, CAMBIO DE CAMISETAS

 Cambio de camisetas Entrenábamos en una cancha de tierra. Cuando llovía, y casi siempre llovía, debíamos maniobrar con el balón por entre auténticos pozos de lodo. Mamá me mandaba con bolsas en los zapatos, y a los demás, si tenían bolsas, los mandaban igual. Yo me hice muy amigo de Héctor, el más alto y también el mayor de nosotros. Era el favorito, mío y del profesor, que lo solía invitar a su casa los domingos. A entrenar la mente, nos decía, mientras Héctor miraba en otra dirección. Héctor no jugaba bien los lunes. Se lo veía ir de un lugar a otro sin levantar la mirada del suelo, embarrándose los pies a propósito. Él no tenía mamá que lo mandara con bolsas en los pies. En lugar de mamá tenía al profesor, que le compraba los mejores guayos, y se los llevaba a la cancha, donde todos pudiéramos verlos, olorosos a nuevo. Héctor se los ponía de mala gana, como si estuvieran untados de mierda. Los miraba con desprecio y con desprecio los llevaba. Durante el entrenamiento parecía má...

VIII concurso del cuento, LA VERDAD QUE DICEN LAS GRULLAS

 La verdad que dicen las grullas Cuando la naturaleza empezó a corroer la vida: la lluvia se volvió enemiga, y no me quedó más que esconderme en la dicha de la espesura vegetal que me sirvió de refugio, donde me guarecía de la hostilidad del cielo que cada vez destruía más el mundo y me acurrucaba entre las extensiones de mi cuerpo famélico: dándome calor y un baluarte de amor, por si el arbusto crepitaba ante el llamado de la muerte. Y cuando los cumulonimbos terminaron de azotar con su fuego líquido y asesinar a los señores del bosque, fui salvado por la suerte de que unos y otros cayeran encima, sin llegar a aplastarme, sirviendo de protección para el frágil búnker. Al tiempo, me aventuré esforzadamente con mis pobres alas de hueso a una altura desde la cual se pudiera divisar el horizonte infinito, no conocía mi pretensión, pero, al final cuando llegué, solo intenté imaginar al dios que me había abandonado. Y de repente en el horizonte apareció el destello efímero que se fue co...

VIII concurso del cuento, MAYO SE PUDRE SOLO

 Mayo se pudre solo Siempre he odiado a mayo por ser el mes de los mangos, especialmente la última semana, cuando ya se ponen maduros. Cómo algo que le gusta a tantos a mí me repugna; cómo puede uno pensar que algo, supuestamente tan delicioso, atraiga a ese asqueroso insecto. Póngase a ver: cuántas pisadas con esas seis patas habrá dado sobre la piel de esa fruta; y dónde habrá metido ese hocico, del que esconde una larva y saca otra. Piense en eso, y que usted, al igual que yo, anida gusanos en el alma.

VIII concurso del cuento, DOS EXTRAÑOS

 DOS EXTRAÑOS No recordaba cuánto me agradaba Luis. Hace un par de semanas que nos estamos texteando, removiendo los recuerdos de la adolescencia en el colegio Fernández Guerra, cuando sólo éramos dos muchachos reprimidos y desorientados. A través de la pantalla, evocamos los encuentros fugaces detrás de las canchas de fútbol: ocultos en la hierba alta nos entregábamos sin vergüenza al placer de nuestro secreto. Sin embargo, cada vez que volvíamos hacia los salones de clases, nuestras manos se repudiaban y nuestros ojos despreciaban el choque ocasional con los del otro. Nos reprochamos el temor compartido de entonces y nos perdonamos nuestro pudor juvenil. Ahora, cerca de quince años después, añoramos encontrarnos en las calles, alejados de aquellos matorrales. Pero el miedo no ha desaparecido, ha evolucionado. Él recuerda mi espalda amplia, la suavidad de mi cabello negro, la ternura de mi piel, pero el tiempo es cruel y ahora sólo existe una barriga prominente, una tez áspera que...

VIII concurso del cuento corto, LA CABAÑA DE LOS ALFILERES

 LA CABAÑA DE LOS ALFILERES ¿Quién será el que moverá los hilos? Antaño de una noche de invierno, cerca de un lago rodeado por un bosque de árboles altos e imponentes, maleza frondosa y húmeda como la neblina de aquella nevada, se encontraron dos pequeños hermanos desamparados, los pobres habían sido tirados en un costal, amarrados con una cabuya de mala muerte para ser arropados por la gélida brisa del lago hasta matarlos. ¿¡Que haremos!? Se preguntaban Martin y Emma brotando lágrimas de sus ojos, mientras caminaba en círculos en la preocupación por su hermana, Martin idearía un plan; siendo interrumpido por un gruñido del estómago de Emma, continuó caminando hasta volver a ser interrumpido de manera brillante. — ¡Animal!—grita Martin — ¡descarado! Ya he dicho que lo siento—refunfuña Emma — ¡No! no me refiero a eso hermana mía, ¡se me acaba de ocurrir una idea! Y así Martin le explico a su hermana el plan; ella se cubriría con aquel pobre costal a manera de zamarra mientras el bus...

VIII concurso del cuento corto, MOSCAS DE SANGRE

 MOSCAS DE SANGRE Llegué a casa una hora más tarde de lo usual, el estómago me dolía tanto que creí que iba a vomitar, platos sucios, papeles tirados en el suelo y el cuerpo de una rata muerta eran las cosas que adornaban mi casa, la cabeza me dolía y sentía que el olor del cuerpo de mi amado se extendía desde mi cama a la sala. - Mañana será mejor. Era la frase que repetía siempre al sentir su olor, me tiré en el sofá y encendí el televisor, al no encontrar nada pensé que lo mejor sería ir donde Valentino y aplicarle un poco de formol. - Mierda, se acabó. Abracé mi rostro con un cubre bocas y abrí la puerta del cuarto, ahí estaba mi amado, cabello de oro y ojos cerrados, sin brazos, ni piernas, con la garganta abierta y los genitales afuera. Quería abrazarlo, pero temía que su cuerpo de dos semanas oliera tan mal que hiciera a mis tripas sonar, me adentré al espacio; las cucarachas invadían el lugar, el recuerdo de sus ojos ojos verdes azotaba mi lóbulo temporal, quería que se que...

VIII concurso del cuento corto, INGENIOS

INGENIOS  En Villa Rica, un pueblo del Cauca, el sol brillaba, pero el futuro se opaca. Ángela, joven con sueños en el pecho, veía a sus amigos caer en el despecho. La falta de oportunidades pesaba como un yugo, el hurto, la delincuencia, el camino más duro. Mientras a su alrededor se perdían en sombras, ella soñaba con el cambio que el alma le nombra. Un día escuchó de una beca brillante, una luz en la niebla, un futuro distante. Decidida a luchar, se preparó con fervor, cada libro y cuaderno alimentaban su amor. El día de los resultados llegó con emoción, su nombre en la lista, pura celebración. Con la beca en mano, su destino cambió, la universidad fue el camino que eligió. Estudió sobre el suelo y la vida que abraza, aprendiendo a sembrar lo que el alma no pasa. La caña de azúcar, dulce y despiadada, había arrasado sueños, la vida desolada.    Ángela, con su fe, comenzó a soñar, en proyectos de vida que pudieran brotar. Cultivos diversos que a su gente dieran, alterna...

VIII concurso del cuento corto, ERRE CON ERRE

ERRE CON ERRE  - Ele con ele... - Erre con errre -me reprende - Ere con ede - Qué errree con errreee -otra vez Mi lengua se estremece con el sabor salado de los mocos y las lágrimas que chorrean por mis mejillas - ede con ede, ere con erhe... no puedo -alcanzo a decir ahogadamente entre mis sollozos - Ya te voy a enseñar yo a soltar la lengua -me amenaza se para de su cama para asegurarse de que las cortinas estén bien corridas. Yo sigo de pie en medio de este lugar tan lleno de recuerdos vocales, de sus gritos, de sus regaños y sus soltadas de lengua. No me gusta cuando me suelta la lengua porque para eso necesita usar la suya. Y siempre me sabe a los sancochos de pescado que le hace a su marido, y a los jugos de lulo que me dan alergia. No sé de dónde se sacó eso de pronunciar una ere más otra ere si en la guardería vi que en el abecedario aparece una solita, y ya la pronuncio muy bien. Miren: Ere con ere cigaro ers con ere baril rápido ruedan los caros por el ferocaril, si ven? ...

VIII concurso del cuento corto, Angel caído

  “Angel Caido” Los recuerdos venían a mi mente mientras mis manos ensangrentadas sostenían el cuchillo, era una herramienta simple, sin sofisticaciones, pero suficiente para cumplir su proposito. Aun no entiendo como llegue a esto.no se porque estoy cometiendo un asesinato a sangre fria — Aún te extraño, Emilia... te extraño tanto que el deseo de venganza es lo único que me mantiene en pie. Mi voz era como un susurro cargado de tristeza, impotencia y odio el cual se perdía en la noche. Sé que muchos juzgarán mis acciones, pero nadie llega a este punto sin haber recorrido un largo camino y Todo comenzó con ella... con Emilia. Meses antes... Trabajaba en el bajo mundo, donde la moral y la ley eran irrelevantes. Pero no estaba solo. Emilia, mi esposa, era mi refugio, mi hogar. así a mis 33 años y ella, con 25, ella era la razón por la que seguía peleando.Ella Trabajaba como periodista, pero en las sombras, me ayudaba con mis operaciones, siempre con discreción. así llegada la noche,e...

VIII concurso del cuento corto, LABORITY POWER

 LABORITY POWER Todo comienza en un laboratorio secreto, donde se dedican a crear sustancias y armas para batallas. En un proyecto experimental, intentan crear una superarma, consistente en unas chicas a las que someten a pruebas para adquirir un poder sobrenatural. Durante el experimento, que es una tortura para ellas, les reemplazan partes del cuerpo con elementos robóticos y les inyectan sustancias desconocidas para mutar su cuerpo. Cada día experimentan algo nuevo. En la isla de Emi Usilla, en el continente asiático, vive un joven llamado Mell, un adolescente que solo vive con su papá, después de perder a su mamá en un accidente automovilístico cuando era pequeño. Su papá es un científico del laboratorio, que siempre ha planeado crear un mecanismo para que el ser humano sea más resistente o pueda regenerarse en caso de sufrir una herida grave. Tras muchos años de investigación y pruebas por sí solo, su papá no ha logrado nada con éxito, sintiéndose muy frustrado y a punto de re...

VIII concurso del cuento corto, EL ACTIVISTA CAFÉ

 EL ACTIVISTA CAFÉ En el centro de una ciudad donde los edificios crean una gran sombra que se juntan con las rejas de los barrios mas pobres, vive Daniel, un joven de veinte años con una pasión única y tan fuerte que a veces parecía que sus ojos se prenderían fuego. A pesar de su corta edad ya conocía muchos libros de justicia social y temas de economía, aunque carecía de oportunidades y solo contaba con tres libros heredados de su padre y una montón de periódicos antiguos, Daniel estaba decidido a cambiar el mundo. Daniel trabajaba en una cafetería, donde servía cafés a los clientes con una mano mientras con la otra, anotaba quejas sobre la temperatura del café en una libreta desgastada. Los clientes, con trajes caros y Rolex dorados, le lanzaban miradas de superioridad mientras él trataba de mantener la compostura. Para ellos, él era un engranaje más en la máquina del capitalismo, pero para él, cada taza de café era un acto de resistencia.  Una mañana, cuando Daniel estaba ...

VIII concurso del cuento corto, MI ADOLESCENCIA

MI ADOLESCENCIA Hoy es un día relativamente bueno, pero solo hizo falta un comentario para que todo diera un giro extraordinario. ¡Tú no sierves para nada! Y eso era capaz de arruinar mi día. Y si lo pienso bien, puede ser verdad; era una tarea muy sencilla la que me habían colocado, solo sé perfecta, sencillo. Pero la verdad no sé qué me pasa. Cada vez soy más distraída. Me paro frente al espejo para terminar de alistarme para ir a la escuela y escucho una voz extraña. —¡Mírate, no sirves para nada! ¡Nunca vas a ser nadie en la vida! Mírate ese cuerpo: no eres ni inteligente ni linda.  Me quedé extrañada por la voz que provenía del espejo, pero tenía razón. Al llegar de la escuela estaba muy feliz porque logré conseguir una buena calificación, lo que me hizo ganar la materia. Me dirigí muy orgullosa a mostrarle a mis papás mi gran logro, a lo que ellos me respondieron. Ay, mira por fin algo bien; es lo mínimo que puedes hacer. Eso me dolió; en realidad esperaba otra respuesta, tal...

VIII concurso del cuento corto, LA SOMBRA DE LO QUE FUI

 LA SOMBRA DE LO QUE FUI Falta firma del autor Nina es una joven de 22 años. Siempre fue una mujer alegre y extrovertida, conocida por risa contagiosa. Solía mirarse en un espejo y amar cada centímetro de su cuerpo, su cabello largo y rubio, sus ojos de un color oscuro con una mirada profunda, una curva natural de su cuerpo que había heredado de su madre. Tenía un círculo de amigos muy cercano. Disfrutaba de los placeres pequeños de la vida, como caminar dejando todo atrás, comer postres sin culpa. Cuando conoció a Luis, un hombre atractivo y seguro de sí mismo, tenía un sentido del humor que compaginaba con ella a la perfección. Sintió que podría compartir sus días a su lado. Al principio, él era cariñoso, atento y parecía admirarla completamente; pero poco a poco él comenzó a hacer comentarios sobre la apariencia física de Nina; en un comienzo eran sutiles y ella lo excusaba con que tal vez es la forma de expresarse, casi imperceptible. Un día, salieron de paseo juntos, hicieron ...

VIII concurso del cuento corto, UN AMOR DE VERANO

UN AMOR DE VERANO Era el primer día de clases en el nuevo colegio para Madisson, y aunque trataba de mantenerse tranquila, los nervios la invadían por completo. No conocía a nadie, y el fuerte ambiente de los estudiantes la hacía sentir un poco perdida. Apenas salió a recreo sus ojos recorrieron todo el lugar, buscando no sentirse sola. Lo que ella no había notado era que, desde una esquina, alguien ya la había visto. Davis, un chico de sonrisa fácil y actitud despreocupada, la observaba con curiosidad. Le llamó la atención de inmediato, ya que según él era tal cual como quería una mujer físicamente. Pero, antes de poder acercarse, su mejor amigo Andrés, también había puesto la mirada en ella. Andrés siempre había sido el chico seguro de sí mismo, el que lograba lo que quería, y no tardó en confesarle a Davis que quería intentar algo con Madisson y que fácilmente ella caería a sus pies. El tiempo pasó, y aunque Andrés hizo su esfuerzo, y saco todos sus dotes seductores las cosas no flu...

VIII concurso del cuento corto, LLUVIAS DE OCTUBRE

 LLUVIAS DE OCTUBRE Como cada jueves, me encontraba en la biblioteca de la universidad dictando mi taller de escritura, algo que hacía desde hacía cinco años. En la segunda sesión, les proponía un ejercicio: escribir un guión a partir de dos líneas de una historia real de mi vida. Las escribí en el tablero: —¿Vas a salir así? Va a llover. —A mí me encanta la lluvia. Les prometí que después del ejercicio les contaría la historia detrás de esas frases. En cada ocasión, contaba una historia diferente, aunque en raras veces compartía la real. Cuando puse el ejercicio todavía no sabía qué iba a contar, acabaron más pronto de lo que pensé y no tardaron en preguntarme, así que pensé rápido y empecé... Cuando éramos niños, mi mejor amigo y yo jugábamos juntos cada tarde en mi patio, viviendo aventuras, juegos de mesa, dibujos y carritos. Un día, decidimos jugar a la casita, asumiendo roles de esposos que debían preparar la cena y cumplir con las responsabilidades del hogar. Al terminar el ...

VIII concurso del cuento corto, EL LIBRO Y SU DUEÑO

 EL LIBRO Y SU DUEÑO Ayer mi hermano encontró un libro, uno muy bonito, era un poco grande y en su portada tenía detalles dorados, se podía leer un título divinamente adornado el cuál decía "Cuentos clásicos para niños de 4 años" (léase con una voz gigante, profunda, cálida y caída en curva). Este aparente regalo del destino cuya procedencia era desconocida, parecía ser perfecto para un niño tan pequeño como mi hermano, hace no mucho tiempo que había sido su tercer cumpleaños, así que sin prestarle mucha atención a ese año faltante, mi madre quien acompañaba al pequeño, al no ver a nadie cerca del libro y ya siendo muy tarde como para que alguien regresara por el, decidió llevarlo a casa. Tan inocente elección condujo a este hermoso y delicado objeto a nuestro hogar, sin embargo, lamento informarles que la palabra delicada no fue previamente seleccionada en vano. El libro que llegó a mis manos no era el mismo del cual me atreví a hablar en el comienzo; es de mi desagrado rela...

VIII concurso del cuento corto, CAYENDO AL CIELO

CAYENDO AL CIELO Soñé que estaba cayendo en un abismo oscuro y tenía hilos de plata en mis muñecas. Gritaba pero no salía ningún sonido de mi garganta. Al despertar no sólo recordé el sueño sino también a mi causa de tanto sufrimiento a un vacío que no sé sí esa nueva persona pueda llenar. El pasado me había congelado. No existía nadie más. Fue mi primer amor entre el colegio y la universidad, se hicieron interminables hilos de amor y sueños. Es la persona más tóxica que he conocido, me enseñó el lado oscuro de la vida. Me trataba de la peor manera pero parecía que era una adicción que me ataba más que las cosas que he probado a su lado. Me enseñó el toque suave y dulce del polvo y el barro, la hiel y la hierba. El escudo de mí coraza se volvió arena y fuimos hasta el último rincón de mis más oscuros pensamientos que flagelan mis muslos. Me decía PUTA! Y lo creía, como sí me pagará por ello o como sí las veces que estuvimos en orgías o tríos era su deseo, su perversión a través de mí. ...

VIII concurso del cuento, EL SUSURRO DE LA CABAÑA

 EL SUSURRO DE LA CABAÑA En las afueras de un pequeño pueblo, donde la neblina se mueve lentamente entre los árboles, se encuentra una cabaña casi completamente cubierta por la maleza. Cada vez que el viento sopla, parece que un leve lamento se escucha de sus viejas paredes, como si el lugar intentara hablar en susurros. Los habitantes del pueblo rara vez dirigen la vista hacia allí, ya que todos saben que esa cabaña ha sido el centro de varios sucesos inexplicables. Cuanta una historia que, hace décadas, un hombre llamado Samuel vivió en la cabaña. Samuel era conocido por su obsesión con los rituales oscuros. Se decía que pasaba horas en el bosque realizando extraños cánticos. Nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que hacía, pero después de un día, Samuel desapareció sin dejar rastro. La cabaña quedó abandonada y con el tiempo, se convirtió en un lugar de rumores. Una tarde, un grupo de estudiantes universitarios decidieron explorar la cabaña. Entre ellos estaba Laura, una joven c...

VIII concurso del cuento corto, LA SUTILEZA DE LA ADMIRACIÓN

 LA SUTILEZA DE LA ADMIRACIÓN Acuérdate, John, de aquella bella chica de mirada encantadora que con esos ojos diáfanos se robaba las miradas de todos. Evoca aquellos pasos de baile suyos que nos hacían quedar como si aplastáramos cucarachas. En ese cúmulo de cuerpos balanceándose de un lado a otro solo estaba ella. Rememora la fineza y delicadez con la que escribía, como con cada párrafo ilustraba mundos tan fantásticos como los de Asimov pero tan oscuros como los de Poe. Rememora, John, aquella chica con su largo y sedoso cabello, cejas tan bien depiladas, labios brillantes y encantadora sonrisa. Acuérdate, pues cuando hablaba de ella me temblaban los labios y mis mejillas se sonrojaban. ¿Recuerdas? Me preguntaste si hablaría con ella, tus palabras se sintieron como navajas porque sabía que no sería capaz de hacerlo, mi timidez me abrumaba y superaba. Haz memoria, John, de aquellos intercambios de miradas que tenía con ella, me dejaban confundido, ya que no sabía si dirigía su mir...