MONEDITA
Yo tengo una pequeña moneda, una muy pequeñita. La cual en la mayoría de los casos
siempre está de cara y eso es bueno, pues esa cara es la que muestra el valor a la gente. Pero
a veces mi monedita se cae y muestra su cruz, revelando el otro pequeño 50% de ella. Es
completamente igual pero a la vez diferente. Es difícil comprenderla y a veces reprimirla.
No soy su mayor fan y tampoco me gusta ver cómo expone su cruz cuando se derrumba.
No puedo deshacerme de ella porque es mi monedita, pero ¿me gustaría? Mentiría si dijera
que sí, pero realmente es lo que me hace apreciar más la Cara que su Cruz.
Tienen el mismo diseño y marcas, con la diferencia de que mi Cara es conformista y a
veces sutil, y mi Cruz es extremista, muy irritable y bastante molesta. A veces incluso me
planteo cuestionarle cosas de la vida cotidiana, pero cuando lo hago, mi Cruz ya es
consciente de que igual voy a preguntárselo y me dirá lo de siempre. Es como el típico
mosquito con complejo de sombra, me sigue a todos lados y zumba en mi oído cada vez
que ve a alguien pasar, haciendo comentarios que yo no autorizaría y ella lo sabe bien, pero
los hace de todas formas, intentando tentarme a pensar como ella. Pensamientos extraños y
raros abundan en Cruz, pero por suerte aún tiene su valor, su Cara.
Sin mi pequeña monedita, sería incrédulo y torpe. Debo admitir que ella no está en este
momento, pues me tomé la libertad creativa de gastarla y escribir esta autoevaluación. De
esta forma, de manera sutil, te cuento una de mis pequeñas psicosis.
LA NEGRA CARLOTA Ahí viene! La negra Carlota que se pasea por la plaza, los chicos se vuelven locos por su cintura y su cadera. Pero mira que no ven lo que lleva por dentro, se siente triste, absolutamente sola, denigrada y sin dignidad aluna. Por qué todos los días, tiene que salir a vender su cuerpo, para poder mantener a sus ocho hijos. MARIA CUENTO
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!