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VIII concurso del cuento corto, LA SOMBRA DE LO QUE FUI

 LA SOMBRA DE LO QUE FUI

Falta firma del autor Nina es una joven de 22 años. Siempre fue una mujer alegre y extrovertida, conocida por risa contagiosa. Solía mirarse en un espejo y amar cada centímetro de su cuerpo, su cabello largo y rubio, sus ojos de un color oscuro con una mirada profunda, una curva natural de su cuerpo que había heredado de su madre. Tenía un círculo de amigos muy cercano. Disfrutaba de los placeres pequeños de la vida, como caminar dejando todo atrás, comer postres sin culpa. Cuando conoció a Luis, un hombre atractivo y seguro de sí mismo, tenía un sentido del humor que compaginaba con ella a la perfección. Sintió que podría compartir sus días a su lado. Al principio, él era cariñoso, atento y parecía admirarla completamente; pero poco a poco él comenzó a hacer comentarios sobre la apariencia física de Nina; en un comienzo eran sutiles y ella lo excusaba con que tal vez es la forma de expresarse, casi imperceptible. Un día, salieron de paseo juntos, hicieron una parada para cenar; él se queda viéndola de arriba abajo, se detiene un tiempo pensado y le pregunta: ¿siempre fuiste así, gorda? ¿O antes estabas mejor? Nina, por supuesto, se siente incomoda por la pregunta y prefiere evadirla. Sintió una punzada de inseguridad, pero lo dejó pasar. Con el tiempo, los comentarios se hicieron más frecuentes y directos. Sugería que hiciera dieta y cada día lograba que ella perdiera su autoestima y seguridad. Comenzó a dudar de sí misma. Dejó de usar la ropa que le gustaba y evitaba mirarse al espejo. Todo se tornó peor, cuando Luis empezó a hacer estos comentarios frente a otras personas. Una noche, durante una cena con amigos, mientras hablan entre ellos, él interrumpe preguntándole a otra chica de contextura delgada: ¿Tú cómo te alimentas a diario? ¿Tienes una dieta en especial? Nina, por supuesto, ya sabía ella hacia donde iba ese comentario; espera la respuesta de la chica y le dice a la niña con un tono prepotente. ¡Vez que te puedes alimentar bien para que no estés así! Todos se quedaron en silencio; Nina sintió que el piso se abría bajo sus pies, su rostro se enrojeció y, aunque intentó sonreír para decir que todo está bien, ella por dentro estaba devastada. Esa noche, cuando llegaron a casa, Nina con voz temblorosa enfrentó a Luis —¿Por qué me dices esas cosas? Él con total indiferencia le respondió: "Es por tu bien, no quiero que te descuides. Yo quiero que la mujer que está conmigo se vea bien. Esas palabras fueron como un puñal para ella. Nina se dio cuenta que Luis no la amaba por quien era, sino por una imagen idealizada que él quería que ella encajara en su molde. Se pasó semanas preguntándose si era ella la culpable; tal vez estaba siendo "demasiado sensible", pero en el fon algo comenzó a cambiar: recordó todo lo que era antes de conocerlo, como se sentía y las cosas que usaba; se mira al espejo de nuevo, de arriba abajo, mientras entiende que su valor no dependía de la opinión de Luis y decide dejarlo. Fue muy difícil dejar a Luis; lo amaba, pero el amor que sentía al verse en un espejo no estaba... Toma valentía y decide amarse y recuperar su autoestima. 


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