MI ACCESORIO
Érase una vez, en un tiempo no muy lejano, ni apartado de la realidad, nació una ¿Hermosa Princesa?Con características faciales de una beba negra, naturalmente hermosa ¿Sabes por qué? Porque esta misma es perfecta.
Al crecer resaltó entre el resto, era distinta desde su personalidad hasta su físico, se convirtió en una ladrona de miradas, de halagos y de vastos insultos por su cabellera afro c4, a son de no entender ¿Qué culpa podría tener?
Abrazó el miedo. Amaba su cabello, pero el entorno, la moda y constante escuchas de ¿Por qué no te peinas? ¡Recógete ese cabello! “Mínimo tiene piojos” Las princesas de los cuentos eran laceas, tez blanca y voz melódica ¿A caso no era una princesa?
Una noche cualquiera se puso a llorar, mirando la luna por su ventana, libros de su historia se puso a leer, fácilmente empezó a comprender, que no era ella, sino su naturaleza ¿Cómo eso poder cambiar? No se sentía despeinada jamás, como un árbol se podría representar, aunque esto no era lo que miraban los demás, ciegos ante el arte natural.
A su corta y temprana edad se empezó a discriminar, gracias a la sociedad y las herencias de un pasado. Un día al levantarse se miró al espejo, tomó unas tijeras y cortó su cabello afro ¿Le dolió? ¿Al cabo te importa? ¿Sabes a quién sí le importó y sintió? Exactamente al ser que menos culpa tenía y ese era ella misma.
El hierro se forma con fuego, encontrar un diamante es un estimado de meses de excavación, una perla se genera en meses y bastó tan solo aquel acto para forjar no a una princesa, sino a una diosa. ¿Qué te ha forjado a ti?
Ahora la mujer, que de niña y adolescente fue discriminada, sin mentir ¡Qué aún lo es, en ciertas ocasiones! Soltó su miedo, liberó su cabello, amó su esencia, se deleita con su voz gruesa, besó él espejo y agradeció a su más lindo accesorio SU CABELLO. ¿Qué te falta para besar a él espejo?
Y esta historia no cuenta con un final, porque nuestra diosa vive entre nosotros, estoy segura que tú las verás, en cada niña negra que, al pasar, espero que le bailes al compás, que su melena suelas admirar y sonríele ella es, linaje y herencia de nuestra bella raza negra.
Y como esta historia no tiene final, espero que la tuya, ¡acabe de comenzar!
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