Érase una vez, una niña muy bonita y muy querida por sus padres. Es hija única en una pequeña familia, solo conformada por su mamá, papá y un pajarito. Ella tiene un sueño, quiere conocer el mundo exterior. Nunca había entendido por qué no podía salir. De pequeña sus papás le decían que hay monstruos muy aterradores rondando por las zonas más oscuras del bosque. Ya creció un poco más—tiene 10 años—y ya no les cree. Cada día observa por horas y horas el bosque en busca de los dichosos monstruos y aún no encuentra alguno.
Hoy ella decide que ¡les va a preguntar si puede salir! Baja corriendo las escaleras y los ve en la cocina.
—¡Mami, mami! ¿Puedo salir? —pregunta sonriente.
—Ya sabes la respuesta —responde su mamá con seriedad.
—¡Papi, papi! ¿Puedo salir? —pregunta con ilusión.
—Ya tu mamá te dijo que no y yo
reitero lo mismo, no puedes salir —responde su papá enojado.
Entonces, la niña se va corriendo a
su habitación y llora toda la tarde hasta quedarse dormida.
—¡Hey! ¿Qué haces ahí dormida? Vamos
a escaparnos y a descubrir el mundo.
La niña se despierta sobresaltada y
con una gran determinación decide firmemente escaparse. Coge su maleta, guarda
un poco de ropa, lleva toda la comida que puede y les roba dinero a sus padres.
Confía tanto en sí misma que no duda ni por un segundo que podrá llegar al
pueblo, y necesitará dinero para irse a la gran ciudad.
¡Es momento de dar el gran paso!,
está a solo centímetros de la puerta, ¡de su libertad! Pero duda, se hace un
montón de preguntas ¿por qué mis papás no me dejan salir? ¿cómo tienen dinero?
¿cómo hay comida? ¿cuándo salen a trabajar? ¿son mis verdaderos padres? Sin
embargo, al final concluye que todas esas respuestas están ahí afuera y solo
saliendo encontrará la verdad.
Se llena de valor, respira hondo y
abre la puerta, aún aguantando la respiración da el primer paso y solo es
cuestión de segundos para estar completamente fuera de su casa, sin darse
cuenta llega al bosque; ha emprendido un viaje para cumplir su sueño y descubrir
la verdad.
—Vaya, vaya, pero ¿quién anda por
aquí? —habla una voz desde la oscuridad.
—No te veo, ¿con quién estoy
hablando? —responde la niña asustada —¿Eres un monstruo?
—Yo soy tu peor pesadilla…la
oscuridad. —dice misterioso.
—No comprendo, yo no le temo a la
oscuridad.
—Tienes muchas preguntas sin
responder y un sueño por cumplir.
—¡Oh! ¿Tú tienes las respuestas a
mis preguntas? —le dice con ilusión la niña.
—No creas que es tan
fácil conseguir lo que quieres, debes esforzarte. Te mostraré el camino.
—Muchas gracias, señor Sombra, pero
antes quiero saber una cosa. ¿Es verdad que el bosque está lleno de monstruos
aterradores?
—¡Ja,
ja, ja! ¡No me hagas reír! No existe tal cosa, solo es un bosque con muchos
animales y oscuridad.
La niña sigue feliz el camino que le
enseña el señor Sombra, pues no se equivocaba al pensar que sus papás le
mentían sobre los monstruos.
Han pasado muchos días desde que la
niña emprendió su viaje, solo paraba para comer y dormir un poco. Hoy siente en
su corazoncito que por fin llegará al final del bosque…
—¿Lista para ver lo que te espera
fuera del bosque?
—Tengo miedo.
—Así me sentí yo aquella vez.
—¡Espera! ¿Qué? —y el señor Sombra
la empujó.
La niña no podía creer lo que veía,
jamás se hubiera imaginado esto. El pueblo que esperaba encontrar…está completamente
vacío, no hay ni una sola alma. Corrió, corrió y corrió, pero fue inútil, más
allá tampoco había algo. Solo una ciudad a lo lejos sin ninguna actividad ni
vida.
Ya no le importa si sus papás son
sus verdaderos padres, ni cómo hay comida y dinero o si siquiera trabajan…ya
nada tiene sentido si solo parece que existe ella. Toda su ilusión se fue
apagando, sus ojos se oscurecieron y ella le hizo compañía al señor Sombra
hasta la eternidad.
…
—Va uno, solo faltan dos —dijo una
voz desde la oscuridad.
Autor: Shillylin
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