La
gata miraba las aves que se acercaban a la ventana, con sigiloso silencio, con
detenimiento, como un león al acecho. Aunque la ventana estaba cerrada
pareciera que el cristal no importara, que no estuviera allí. Cuando
intempestivamente dio un salto sacando su garras con un instinto asesino,
cazador, pero chocó con la ventana estrepitosamente haciendo un fuerte ruido
que terminó por despertarme, dándome un buen susto.
Afortunadamente
sucedió, porque de lo contrario no me hubiera despertado. Desde la noche
anterior pongo el despertador, pero pelear con la almohada es cosa complicada
para mí. La mayoría de las veces gana la almohada, porque sus golpes me noquean
profundamente. Y allí en medio del susto y la agitación empecé a comprender que
la causa de todo era mi gata: Minerva.
- ¡Hay
Minerva! Tu siempre tan traviesa….
Yo
reía mientras la acariciaba. Ella por su parte ronroneaba
Miré
el reloj asimilando que era un nuevo día, martes, no era un sueño simplemente
existía. Entonces caí en cuenta que era tarde, porque tenía clase de la
universidad. Pero era tan tarde que no había tiempo para acicalarme, para
bañarme y arreglarme, simplemente debía reaccionar.
Salté
de la cama hacia la mesa donde estaba mi computador y lo encendí. Yo estaba
impaciente porque la clase era a las 7am y eran ya las 7:20am. Mientras
esperaba a conectarme mi pierna se movía involuntariamente como acosando el
computador. Hasta que, por fin, me conecté a la clase. La conexión era por
medio de una videoconferencia. El profe ya había comenzado y hacía una
verificación de la asistencia. Coincidencialmente me llamaba a lista, y yo
estoy en los últimos lugares
- Presente
A
lo que el profe me pidió:
- Por favor encendamos la cámara, es
importante que nos veamos en clase…
Yo
desde luego no estaba en condiciones presentables. Ni siquiera me había
peinado, ni lavado la boca. Por lo que se me ocurrió decir:
- Profe
mi cámara está averiada, no puede encender. El profe amablemente asintió y
dijo:
- Bueno lo importante es que estas en conexión con la clase.
En
la clase había 25 personas conectadas y debíamos dar cuenta de unas lecturas.
Yo tenía claro mis apuntes sobre las lecturas. Pero realmente me produce muchos
nervios hablar en público. Aunque no me ven porque la cámara está apagada, me
causa ansiedad, angustia.
El
profe daba la explicación, yo al mismo tiempo miraba mis apuntes y chateaba con
mis compañeros comentando que el maestro no se demoraba en hacer un sorteo para
escoger quien de los alumnos explicaría las lecturas con él. Cuando en la mesa
subió Minerva buscando que la consintiera, se empezó a pasear frente a mí
exigiendo atención, yo le decía:
- Minerva,
déjame ver…
Ella
ronroneaba plácidamente y se paseaba de un lado al otro sobre el computador.
- Mira,
hermosa gatica, déjame ver la clase, mira que es importante. Le decía mientras
la acariciaba.
El
profesor dijo en ese momento:
- Parece que ya se le arreglo la cámara…
Qué hermoso gato… creo que quiere estar en clase con nosotros.
Supe
de inmediato que me estaba hablando a mí. Mil colores se subieron a mi cabeza,
con gran vergüenza. No había notado que la gata había activado la cámara y el
micrófono.
Logré
apagar la cámara de inmediato, y pude acostar a Minerva junto al computador
sobre la mesa mientras seguía ronroneando de alegría. Y dije:
- Su nombre es Minerva, es la reina de
la casa. Sí profe, a ella le gustan las clases, siempre me acompaña. Parece que
presta mucha atención, hasta ronronea… jejejje
El
profe y mis compañeros disfrutaron del momento, algunos comentaban por el chat
de clase lo hermosa que es mi gata. Pero me cambió el rostro cuando el profe
dijo:
- Bien parece que Minerva quiere que tú
hables hoy sobre las lecturas, hoy no haremos el sorteo… quiero intervengas en
la clase…
Yo
como pude, reaccioné y dije:
- Listo
profe…
Inexplicablemente,
junto mi gata Minerva pude hacer la mejor explicación e intervención,
sintiéndome en una experiencia casi mágica. Minerva seguía junto a mí. Y esta
vez simplemente era mi corazón el que ronroneaba alegremente…
Por:
Ozkr*
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