Quinto Concurso de Cuento Corto: Permanente catarsis.


Te veo a lo lejos, 

caminas en cámara lenta,

 captas toda mi atención

 te detallo de pies a cabeza.

 

                       ¿Tu cabello está más ondulado?

 

                         No. Es el viento que juega con él.

 

Tienes una mirada distinta;

 de esas que se incrustan en el alma.


Envidio tus manos,

 esas que rozan tu mejilla,

 aquellas que acomodan tu atuendo,

las que tienen acceso ilimitado

                                a tu cuerpo en todo momento.

 

Nuestro saludo es distante,

 tus palabras son triviales,

 tu tono de voz es cordial,

 en cinco segundos se termina.

 

Mi memoria extrae tu expediente:

 las caricias matutinas un domingo,

 el abrazo fuerte al llegar de viaje,

 el roce de labios previo al beso,

 la fragancia de aquel 4 de febrero.

 

Un estruendo en mi subconsciente.

 Hacerte el amor en mi búnker,

 era el preámbulo para desnudarnarnos.

 

Nuestros cuerpos se combinaban,

 nuestras almas se saciaban.

 

Cordialidad absurda.

 

El manual de los cobardes,

 o al menos es mi caso.

 

Moderar las emociones,

 ocultar la tangible verdad.

 

Desvanecer el deseo impulsivo:

 de rodear tu cintura con mis manos,

encender mis cinco sentidos en ti,

 y curar todas mis afugias en tu regazo.

 

Para desahogarme te escribo,

 es mi forma de exorcizar tu recuerdo.

 

La paradoja de traerte de nuevo aquí

 a mi presente desde la fosa del pasado,

radica en la felicidad de lo vivido a tu lado

 y la tortura de resucitarlo al verte de nuevo.

 

Con sensatez  y prudente justicia,

 te defino como un gran amor que tuve.

 

Estoy en permanente catarsis

 emocional, física e intelectual.

 

El objetivo es verte de forma diferente,

 por improbable que hoy parezca,

 pese a que estás atrapada

 entre mi piel y mi alma

lograré la transición.


Volverás a trastornar mi mundo mañana 

Éste papel me ayudó mucho.

 

Una cosa más con total certeza. 

¡Suéñame! ¡Llámame! ¡Escríbeme!

 

¡Ven y cáusame un trastorno mayor

 una tarde o una noche de éstas!

 

No me negaré a tus pretensiones,

 coincidirán mucho con las mías.

 

Me responsabilizo de las secuelas,

asumiré las consecuencias.

 

En el laberinto de no tenerte,

 sea una conversación en un andén

 o un eterno y desenfrenado

encuentro sensual y erótico,

 será mi sosiego y la base sólida

 de mi urgente rehabilitación.


 

                                                       Ed...




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