La maga
La vulva me palpita al filosofar
sobre él. Me cautiva la inteligencia, forma sutil en la que me excito mediante
el intelecto, que posee por los libros devorados durante su juventud. Deducía
que era inocente y tierno, sin embargo, no tardó mucho en demostrarme sus
sanguinarios atributos de fiera. Todas mis fantasías se materializan en la
condensación de su existencia. Aquellos ojos te devuelven la mirada que deseas
percibir desde tu interior, sin espejismos ni ficciones.
La edad nunca ha sido un impedimento
para amar y, yo lo amo, porque me hizo rememorar la efervescencia que
experimentas en el cuerpo al dar el primer beso, después de dar toda emoción
por perdida. Exijo que su cara se desdoble desde la pantalla que la atrapa.
Ambiciono oír su mirada sobre mi vida, sentir su olor sobre la piel y degustar
nuestras salivas al interior de nuestras bocas. El incesto, poco a poco, deja
de parecerme un crimen.
Ansío saltar sobre ese ser:
abismarme, perderme, encontrarme y volverme a perder. Vivir entre sus labios al
atardecer. Ya no tengo ninguna posibilidad para el amor, pero, con él, todas
mis limitaciones, simplemente, desaparecen...
!
!
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!