Quinto Concurso de Cuento Corto: Paternidad


 

La maga


La vulva me palpita al filosofar sobre él. Me cautiva la inteligencia, forma sutil en la que me excito mediante el intelecto, que posee por los libros devorados durante su juventud. Deducía que era inocente y tierno, sin embargo, no tardó mucho en demostrarme sus sanguinarios atributos de fiera. Todas mis fantasías se materializan en la condensación de su existencia. Aquellos ojos te devuelven la mirada que deseas percibir desde tu interior, sin espejismos ni ficciones.


La edad nunca ha sido un impedimento para amar y, yo lo amo, porque me hizo rememorar la efervescencia que experimentas en el cuerpo al dar el primer beso, después de dar toda emoción por perdida. Exijo que su cara se desdoble desde la pantalla que la atrapa. Ambiciono oír su mirada sobre mi vida, sentir su olor sobre la piel y degustar nuestras salivas al interior de nuestras bocas. El incesto, poco a poco, deja de parecerme un crimen.


Ansío saltar sobre ese ser: abismarme, perderme, encontrarme y volverme a perder. Vivir entre sus labios al atardecer. Ya no tengo ninguna posibilidad para el amor, pero, con él, todas mis limitaciones, simplemente, desaparecen...


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