Proviene de algún lugar que no recuerda. Todo pasa mientras navega el paisaje, y a él no le pasa nada realmente.
Ralph es un viajero innato, ha visitado todos los lugares que su constitución le ha permitido, y en ninguno se ha quedado; ha interactuado con innumerables seres a lo largo de su interminable y continua secuencia de percepciones, y de todos se ha despedido.
Al no tener un ancla simbólica, Ralph fue arrastrado inevitable por el viento del azar.
De pronto advirtió que nadie lo tomaba en cuenta.
Había perdido la noción del tiempo y el espacio. Ante injusticias o placeres, ninguna emoción afloraba: Amor y odio eran sólo palabras. En los debates o elecciones no tomaba posición. No tenía identidad, ni ideales u objetivos.
Sin duda alguna no ha sido más que un simple observador, pese a que decide cuándo o no ser detectado.
Ahora se
siente libre de toda responsabilidad. Todo parece indicar que se ha convertido
en un fantasma.
Las
experiencias que aún en su memoria yacen, terminarán por desvanecerse
sigilosas, pues ninguna tiene importancia meritoria de conservación.
Ralph
podría dejar de ser un fantasma, puesto que alguna vez no lo fue. Sin embargo,
¿tendrá motivos para hacerlo?
Sin más
que una difusa reminiscencia escurridiza, una vaga intuición de lo que alguna
vez fue, su mirada seguirá sin horizonte en aquel mar de posibilidades, a menos
que, quizás, algo extraordinario lo saque de su peculiar estado.
Autor: el
Duvi
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